Frente a esta situación, toca hacerse una pregunta muy sencilla: ¿puede una empresa electrointensiva seguir siendo competitiva en España? La respuesta dependerá, en parte, de lo que cada compañía decida hacer para adaptarse, pero también de lo que el Estado esté dispuesto a cambiar. Porque una política energética sin visión industrial es simplemente una política incompleta. La reactivación momentánea de la ayuda del 80 % en los peajes eléctricos para consumidores electrointensivos puede parecer un alivio temporal, pero refleja una preocupante falta de estabilidad regulatoria. Este tipo de medidas, que deberían ser estructurales para garantizar la competitividad de la industria española frente a otros países europeos, se están tratando como parches improvisados. Si finalmente el Gobierno no aprueba este Real Decreto-Ley, muchas industrias verán comprometida su viabilidad económica, justo cuando más se necesita certidumbre para atraer inversión y mantener el empleo, veremos que sucede finalmente y como puede afectar estas decisiones en las empresas. La política energética debe ofrecer continuidad, no bandazos.
En ENERJOIN lo vemos cada día: industrias que luchan por reducir sus costes eléctricos, por ganar algo de estabilidad en un entorno caótico. Por eso trabajamos diseñando soluciones energéticas a medida, desde la monitorización avanzada de consumos hasta la participación en los mercados de flexibilidad u otro tipo de estrategias. Además, ayudamos a nuestros clientes con todas las obligaciones que tienen que cumplir acompañándolos siempre y no dejándoles solos en mitad del proceso. Porque sí, una energía eficiente también tiene que ser rentable, predecible y, sobre todo, justa.
Entonces, ¿ser electrointensivo en España es un privilegio o una trampa regulatoria? Hoy, con todo lo que sabemos y vivimos, la respuesta parece clara. Pero lo más importante es que todavía estamos a tiempo de cambiarla, y como decía mi abuelo: “Más vale tarde que nunca”.